Hacer seguro y atractivo el camino de casa al colegio es una forma de ir recuperando espacios para la infancia, haciendo de este modo más habitables nuestras calles y ciudades.
El camino escolar se convierte en un proyecto de ciudad basado en la movilidad activa, la sostenibilidad, la autonomía y valores como el convivir, respetar y compartir un espacio.